Bienvenido al Blog del Programa de atención psicomotriz infantil de los estudiantes de la Universidad Central de Chile.

Este blog tiene por objetivo apoyar a los padres y profesionales de la educación, en la estimulación de los niños de 5 a 12 meses de vida, para así complementar su desarrollo motriz, físico, afectivo y social.

“La función característica de la estimulación infantil es la de ejercer las conductas por simple placer funcional o placer de tomar conciencia de sus nuevos poderes”
(Jean Piaget, “La formación del símbolo en el niño”, 1986, Ed.Delachaux, México.)

domingo, 30 de noviembre de 2008

domingo, 16 de noviembre de 2008

4. ¿Qué hacer a la hora de jugar?



“El juego es ante todo y primordialmente una actividad social. Es algo que los padres hacen instintivamente con sus hijos desde los primeros días de vida. Es una forma maravillosa de conocerse y de allanar el camino para su comunicación mas significativa en una etapa posterior”. (Petrine, P. 1988).

Como es sabido, la herramienta fundamental para comunicarnos con los niños y niñas, es el juego, sobre todo en esta etapa de sus vidas, en donde no está presente aún la comunicación verbal, es por esto que el juego al igual que el dialogo afectivo, es la base fundamental para crear conexiones y aprendizajes significativos en el niño y niña de la primera infancia.

Mediante el juego y las demostraciones de afecto el niño va aprendiendo los valores de la familia, las reglas de la sociedad, que le permiten a la vez dominar su propia conducta y lograr poco a poco el desarrollo de su voluntad, autonomía y expresión de los sentimientos. (Pastor, 2004).
El juego es el equilibrio entre el mundo de niños y niñas, y el mundo real, esta acción lúdica es una manera de enseñarles a adaptarse en el mundo e incluirlos en la cotidianidad del día a día.

Con la propuesta de acciones lúdicas se fomentan en niños y niñas la curiosidad por el mundo y la actitud positiva frente a los demás.

Además el juego es el medio por el cual niños y niñas de la primera infancia reciben y expresan su cultura, es decir, pasa a ser participe de la realidad a la cual pertenece, como integrante de la sociedad en la cual se encuentra viviendo y desarrollando.

“Hacia los 6 ó 7 meses el niño desarrolla la locomoción y comienza a explorar y a interactuar activamente con el entorno, ensanchando bastante su mundo” (Field, 1990).

Niños y niñas de la primera infancia expresan un gran cambio al comenzar a desarrollar sus capacidades de locomoción básica, ya que sus horizontes se amplían, su movilidad e independencia aumentan y su juego principal es a través de la exploración, descubriendo todo lo que le llama la atención, queriendo dirigirse a este constantemente.

Durante la primera infancia el cuerpo, se transforma en el primer juguete, ya que a través de esto, niños y niñas van experimentando el placer a través de todo lo que son capaces de hacer con su cuerpo.

Los juegos de motor se desarrollan durante los primeros doce meses, donde el bebé se la pasa explorando todo el tiempo, los objetos que le rodean, llevándose los objetos a la boca, tirándolos, pegándoles contra el suelo para comprender que puede hacer con ellos. Esta forma de juego (de llevarse las cosas a la boca) desaparece gradualmente entre el año y medio, y segundo año de vida del niño y niña. (Bebe y familia, oct. 2008).

Dentro de los principios de las bases curriculares de la educación parvularia, esta el enfatizar el carácter lúdico que deben tener principalmente las situaciones de aprendizaje, ya que adicional a la interacción y socialización encontrada en el juego, éste además, ejerce un rol de regulación motora y desarrollo en las estructuras del pensamiento.



3. Aspectos que favorecen el desarrollo motor durante la primera etapa de vida.


Desde que el neonato sale del vientre comienza a experimentar el mundo, siendo vulnerablemente perceptible al tacto, movimiento, gusto, olfato y vista, siendo los dos primeros sentidos los más desarrollados para conocer su entorno, sin embargo, mayoritariamente duerme por un tema de exceso de estímulos que lo desgasta al encontrarse en un medio nuevo que le exige a sus sentidos perceptivos, “el periodo que rodea al nacimiento es un tiempo apasionante para todos los implicados. El bebé que acaba de nacer, acostumbrado a la tibieza y a la oscuridad penetra en un mundo frío y brillante con el que no esta familiarizado” (Field, T. 1996). Por lo tanto se encuentra siendo perceptible al mundo, y los padres como tal, deben ayudar en su adaptación y descubrimiento de este.

Son los reflejos que posee como herramienta de supervivencia, los que le permiten alimentarse, poseer sus mínimos movimientos y le permiten su respiración, todo esto generado por medio del sistema nervioso central, la existencia de los reflejos es importante, ya que su existencia y progresión indicará en el neonato un desarrollo neuromotor normal, dentro de los márgenes de su individualidad.

Aunque su organismo y la naturaleza le brinden al neonato las herramientas básicas de sobrevivencia, lo que suceda en su entorno, es decir en el ambiente será determinante en la experiencia que tenga del mundo en las primeras horas, días, semanas, meses, y su nido será su madre, por lo cual los lazos que se establezcan con ella, serán concluyentes para lo que será su desarrollo y crecimiento, la carencia del estimulo intimo, que el niño obtiene de su madre y que esta le entrega desde los primeros segundos de su existencia en el nuevo mundo que le rodea, podría desarrollar un enorme vació en su vida, el cual en su futuro le acarreara grandes carencias difíciles de superar ya sea en el área de la cognición, de la afectividad, sociabilidad y/o deficiencias motoras, las cuales todas se irán haciendo presente a través del pasar de los años y en la forma en que este de valla desarrollando.

Es por lo que este lazo afectivo (madre – hijo/a), es sumamente importante e imprescindible para todo ser humano, en su futuro desarrollo de vida. Y aunque sea la madre, la que se encuentra vivenciando todas las consecuencias que conlleva el embarazo y el parto, el padre no puede quedarse fuera de estas etapas ni tampoco dejar de intervenir con sus lazos afectivos y su emocionalidad, ya que es una etapa de momentos íntimos en donde dos personas forman a otro ser humano por medio del amor, cariño, dedicación.

sábado, 15 de noviembre de 2008

2. Habilidades locomotrices.




El concepto de habilidad locomotrices se puede comprender como:”cualquier tipo de actividad repetitiva de funcionamiento suave, que se compone de patrones reconocibles de movimientos son patrones de movimiento repetitivo y relativamente automáticos, sobre todo tal y como se manifiestan en los movimientos hábiles” (Hilgard, 1977).

Todo movimiento que sea repetitivo pasa a ser un hábito en el individuo, un hábito que se va adquiriendo, como también cada vez se va perfeccionado más hasta lograr ser inherente al sujeto, lo que le permitirá abrir espacio para nuevos movimientos a partir del anterior.

Las habilidades locomotrices se comprenden como la base del aprendizaje y su adquisición esta estrechamente ligada al nivel de maduración que tengan los infantes en este caso, es decir, a medida que este madurando su capacidad neuronal el infante podrá ir adquiriendo y realizando diversos movimientos que le permitirán suplir sus necesidades.
Existen puntos esenciales para que las habilidades motrices permitan adquirir aprendizajes, si bien la maduración, como se mencionaba anteriormente es una de ellas, cabe destacar que no es la única. Basándose en el pensamiento de Elizabeth Hurlock, podemos considerar que:

- La motivación: Debe existir el interés, y las fuentes comunes del interés en los niños son las satisfacción personal que sienten al momento de realizar y lograr un movimiento.

- Disposición para aprender: Quienes no están preparados desde el punto de vista de la maduración, no se les puede forzar a adquirir lo que no están preparados para adquirir, por eso hay que respetar los ritmos de aprendizaje de cada individuo.

- Oportunidad para el aprendizaje: Se debe tener presente ofrecerle al niño vivir en un ambiente Lleno de oportunidades para conocer, muchas veces los padres les privan esta variedad de oportunidades por miedo a que se dañen o lastimen privándoles de vivenciar su motricidad y sus múltiples potencialidades de movimiento.

- Oportunidades para la práctica: El dominio de una habilidad es sólo práctica, que el niño se vaya sintiendo seguro de su adquisición del movimiento.

- Las habilidades se deben aprender de una en una: El tratar de aprender o de hacer aprender varias habilidades a la vez, lo único que logra es un desperdicio de tiempo, un stress y una mala adquisición de una habilidad, ya que, sólo si se domina una habilidad se dará hincapié para la siguiente.

1. Estimulación infantil en la marcha



“La falta completa de oportunidades para practicar el gateo, la posición erecta y los primeros pasos pueden retardar el desarrollo locomotor del niño” (Francisco Secadas “psicología evolutiva”,1982, Ed. CEAC, Barcelona, España).


El movimiento es la capacidad que permite desplazarnos y tener una vida autosuficiente e independiente, para que esta acción se lleve a cabo, se necesita un trabajo neuronal, específicamente sobre el sistema nervioso central, en donde una serie de mecanismos neuronales aferentes y eferentes deben presentar una cierta maduración para poder llevarse a cabo, si bien el lactante al nacer y durante sus primero meses sus movimientos son por reflejos mayoritariamente, a los cinco meses de edad en adelante, su condición cerebral se encuentra preparada para generar movimientos por si solo, aprendiendo y descubriendo a otorgarles significados, como también suplir necesidades gracias a éste.

“El niño empieza por no saber reproducir los movimientos manifestados delante de él, hasta que el mismo los ejecuta espontáneamente. Es necesario que el acto de imitar viva en el aparato motor para que se efectúe la imitación” (Francisco Secadas “psicologia evolutiva”,1982,Ed. CEAC,s.a BARCELONA, España)

El infante dentro de ésta etapa de su vida comienza a adquirir los movimientos por una sensación de placer, la cual se la otorga el actuar en base a su motricidad generando el mismo su movimiento voluntario, es decir, lo que denominan los autores y las bibliografías como un estadio “sensoriomotriz”, en el cual las sensaciones, experiencias y aprendizajes se adquieren a través de los movimientos que el infante pueda realizar, esta etapa va desde el nacimiento hasta los 2 años de edad aproximadamente, dependiendo de la maduración individual de los infantes, al pasar dicha edad, esta etapa no desaparece, sólo que adquiere otras etapas sin dejar atrás esta misma.

La teoría en cuanto al tema, plantea que el infante cuando esta dentro de la etapa sensorio motriz, “su función característica es la de ejercer las conductas por simple placer funcional o placer de tomar conciencia de sus nuevos poderes”
(Jean Piaget, “La formación del símbolo en el niño”,1986,Ed. Delachaux,México.)

Es por esto mismo, que toda intervención frente al infante debería ser en respuesta a sus etapas, y características, por ende, entorno a sus necesidades que se le presentan en dicho período, sin ser forzado ni obligado a acciones motrices que el no desee realizar.

Para ellos (los infantes) todo es juego durante los primeros meses de existencia, todo acto que no sea impuesto por otro es algo nuevo para ellos, lo que les produce satisfacción y placer.

A continuación se presenta una batería de ejercicios que apoya y potencia el desarrollo evolutivo del infante, la cual permitirá el apego, afianzamiento emocional a través del más significativo durante esta etapa, la construcción de la emocionalidad, con esto mismo, lazos afectivos, y el juego.

Esta batería de ejercicios motrices, esta enfocada mayoritariamente a los seres que poseen fuertes lazos con el infante, como también a las educadoras que constantemente comparten el día a día, pasando a ser de esta manera personas significativas y cercanas en la vida del infante, con el fin de formar personas más seguras, inteligentes y capaces a través de una batería de ejercicios que requiere dedicación, tiempo y sobre todo afectividad.